Las hermandades filiales comienzan a plantearse problemas económicos para acudir a la Romería

Las hermandades filiales empiezan a plantearse problemas económicos para acudir a la cita anual de cada primavera con la Patrona de Almonte.

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En la actualidad, un número creciente de hermandades filiales de la Hermandad Matriz enfrentan desafíos económicos para participar en la Romería. Este fenómeno se atribuye, en parte, al incremento generalizado de los gastos, reflejo de la realidad cotidiana donde los costos han experimentado un alza considerable. La Romería del Rocío no escapa a esta tendencia, ya que el precio asociado a este evento ha aumentado, generando un aumento proporcional en los costos totales para asistir a la venerada cita ante la Blanca Paloma y todo lo que implica el Rocío.

Al abordar los costos asociados a la participación de una hermandad en la Romería, es imperativo considerar una amplia gama de elementos, que incluyen travesías por caminos, cruce en barcazas, contrataciones, permisos, tamborilero, flores, alquiler de terrenos, servicios de luz y agua, alquiler de espacios, entre otros muchos costos. Este cálculo no incorpora los gastos individuales que cada devoto o simpatizante asume al participar en la Romería, ya sea como miembro de una hermandad o de forma particular.

Numerosas voces coinciden en señalar que la peregrinación al Rocío está adquiriendo la categoría de “artículo de lujo”. Esta percepción se fundamenta en el aumento constante de los costos asociados a este evento, particularmente a nivel individual. No obstante, el problema real surge cuando esta dificultad se traslada a las hermandades filiales, que, a pesar del trabajo de todo el año, los esfuerzos sostenidos, eventos frecuentes, actividades diversas, cuotas de hermanos y una gestión financiera rigurosa, enfrentan dificultades para cubrir los gastos necesarios y llevar a cabo su misión de peregrinar a la aldea. Esto las fuerza, según fuentes cercanas a hermandades, a ejercer una presión financiera sobre sus miembros para sufragar los costos asociados con la peregrinación a la aldea.

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En esta encrucijada se encuentran numerosas hermandades, tanto las de gran envergadura como las más pequeñas, siendo estas últimas las más afectadas. Hermandades originarias de poblaciones pequeñas o ubicadas en lugares distantes, las hermandades más pequeñas experimentan un aumento de costos y lo sufren de manera más persistente. Según información obtenida por esta redacción, fuentes oficiales y presidentes de algunas hermandades coinciden en señalar que los precios son excesivos.

A pesar de la devoción universal hacia la Blanca Paloma, la realidad para ciertas hermandades es que afrontar los gastos derivados de la Romería se torna cada vez más complicado. Tasas, costos en los caminos, gastos en los terrenos, impuesto de bienes inmuebles (IBI), carreteros, flores, alquiler de carpas, entre otros. Son numerosas las personas dentro de todas y cada una de las hermandades que luchan incansablemente para afrontar las dificultades económicas.

Por el momento, las hermandades intentarán esforzarse para hacer frente a los gastos de la Romería. No obstante, el verdadero desafío surgirá cuando luchen, pero no puedan costear asociados con la Romería o la vida cotidiana de hermandad, el mantenimiento de las casas hermandades, la bolsa de caridad o el patrimonio, dado el gran conjunto de gastos que implica establecer una hermandad en el ámbito público.

Asimismo, son varias las hermandades que afirman que esta situación puede persistir temporalmente y a corto-medio plazo, pero resulta insostenible en un largo plazo de tiempo. Para muchos, es preferible no contemplar las posibles consecuencias que podrían surgir si se da el caso de no poder sufragar los gastos.

Foto: Junta de Andalucía