La economía de las hermandades del Rocío empieza a ser un problema real en las tantas filiales que caminan cada año hasta la aldea.

La Romería del Rocío es un desafío económico para muchas hermandades. En medio de un contexto donde la economía y el nivel de vida han experimentado un ascenso, las hermandades filiales de la Hermandad Matriz se enfrentan a desafíos económicos cada vez más apremiantes para participar en la Romería del Rocío, muchas de ellas lo hacen ya para este 2024.

El incremento generalizado de los gastos, reflejo de la realidad cotidiana donde los costos han alcanzado niveles considerablemente altos, ha impactado directamente en la preparación y participación en la venerada cita a la aldea de El Rocío, donde cada año, millones de personas se congregan en primavera.

El precio asociado a este evento ha ido en aumento, generando un efecto dominó en los costos totales para asistir a la Romería, desde travesías por caminos hasta contrataciones de servicios diversos. Este escenario ha llevado a que la peregrinación al Rocío adquiera la categoría de un «artículo de lujo», especialmente a nivel individual.

Las hermandades filiales, que históricamente han sido el sostén de los devotos, ahora enfrentan una situación crítica. A pesar de sus esfuerzos continuos, la gestión financiera rigurosa y las actividades frecuentes, muchas de estas hermandades enfrentan dificultades para cubrir los gastos necesarios y cumplir con su misión de peregrinar a la aldea.

Esta presión económica se ha traducido en un llamado a sus miembros para contribuir a sufragar los costos asociados con la peregrinación, lo que ha generado tensiones dentro de estas comunidades religiosas.

Las hermandades más pequeñas son en particular, las especialmente afectadas por este panorama. Originarias de poblaciones pequeñas o ubicadas a kilómetros de la aldea almonteña, enfrentan un aumento de costos que les resulta aún más difícil de sobrellevar.

Aunque por el momento las hermandades están haciendo esfuerzos por hacer frente a los gastos de la Romería 2024, existe una preocupación creciente sobre la sostenibilidad a largo plazo de esta situación. Muchas de ellas temen que en un futuro cercano se vean obligadas a tomar decisiones drásticas si no pueden costear los gastos asociados.

De hecho, si los costos y la relación económica a la vida de las hermandades no se regulariza, existe la posibilidad latente de que el Rocío deje de ser una realidad para muchas hermandades en un futuro próximo, lo que representa no solo un desafío económico sino también un golpe para la tradición y la devoción de miles de personas.

 

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