La tragedia griega vuelve al Castillo de Niebla este sábado con ‘Elektra.25’ y la puesta en escena inconfundible de Atayala. La venganza como pasión imperecedera, el poder del patriarcado y la fuerza coral dotan de contenido al montaje, con diez candidaturas a los premios Max.
La tragedia griega y el lenguaje escénico seña de identidad de la compañía Atayala protagonizan este sábado el se segundo espectáculo del Festival de Teatro y Danza Castillo de Niebla. El vicepresidente de la Diputación, Juan Antonio García, la alcaldesa de Niebla, Laura Pichardo, y el director de la Atalaya, Ricardo Iniesta, han presentado obra ‘Elektra.25’, una nueva visión del montaje que con el mismo nombre que la formación estrenó hace 25 años.
Según García “de la calidad de la obra hablan por sí solas las diez candidaturas a los premios Max de las Artes escénicas de este año con las que cuenta”. Está será la séptima vez que Atayala se suba a las tablas del Castillo de Niebla, siendo una de las formaciones que mas participaciones ha tenido en el Festival.
Ricardo Iniesta ha explicado que además de los 25 años de su primera versión Elektra y los años que la compañía lleva adaptando grandes textos del teatro clásico universal, la cifra también conmemora “los 25 años de la muerte de nuestro referente del teatro más rompedor –Heiner Müller- y los 25 siglos del nacimiento de uno de los tres padres de la Tragedia Griega –Eurípides-”. En cuanto a la intrahistoria de la compañía, la obra rinde homenaje “a quienes han pertenecido a ella y han ido muriendo en estos venticinco años”.
La obra, una coproducción del Festival Castillo de Niebla que debía haberse estrenado el pasado año, algo que frustó la pandemia- une a los clásicos textos actuales de distintos autores europeos “para separarnos de aquel primer montaje, de manera que dos tercios del espectáculo es nuevo”, indica el director. Sí se han conservado “las bañeras de la escenografía original que dieron la vuelta al mundo con aquel montaje, que nos proyectó fuera de Europa”.
“A lo largo de los milenios no han cambiado para nada las grandes pasiones humanas”, señala Iniesta respecto al tema, “y la venganza está a la orden del día, tanto en el individuo como en la sociedad y en las grandes ideas”. Junto a ella, el patriarcado como responsable de muchos de los males del mundo, la fuerza coral y la poderosa coreografía, rasgo inconfundible de Atayala dotan de contenido, ritmo y pulsión a la propuesta dramática.
Por su parte Laura Pichardo ha asegurado que para Niebla “es un lujo que se celebre este Festival, que es un referente cultural del verano dentro y fuera de nuestra provincia”. La alcaldesa iliplense ha explicado que tras la restauración de la barbacana, el Castillo luce una nueva imagen “que no dejará indiferente, ofreciendo una nueva visión como ya comprobó el público que asistió al primer espectáculo” y para lo cual, ha dicho, “lo mejor es comprobarlo de primera mano asistiendo a las representaciones”.
En la nueva entrada al Castillo se enmarca además obras de la exposición de María Clauss ‘Alma de Teatro’, que recoge parte de su trabajo como fotógrafa del Festival a lo largo de sus 36 años de existencia. Una exposición que también puede visitar en la Casa de la Cultura de Niebla.
El Festival pone a disposición de los asistentes al Festival un servicio de ludoteca gratuito los días de función, ‘El espacio del bufón’, un área dentro del castillo para que los más pequeños se diviertan mientras sus padres asisten a las representaciones.
Con el aforo casi lleno, dentro de la reducción de aforo que limita a 450 las personas que puedan asistir a la función, las entradas se encuentran disponibles en Hipercor, tiendas El Corte Inglés; por venta telefónica 902 400 222; en Internet, en la página web de El Corte Inglés y en el Castillo desde las siete del día del espectáculo si quedasen.
La venganza y sus interrogantes
Atalaya lleva 25 años adaptando sin perder su reconocido lenguaje contemporáneo que comenzó hace casi cuatro décadas. En este montaje supone un puente entre la Electra de los grandes poetas griegos y quienes la adaptaron al siglo XX: Hoffmansthal, Sartre y el propio Müller, especialmente. Es este aspecto de la «universalidad» en el tiempo el que más queremos recalcar en nuestra visión de la Tragedia.
‘Elektra’ posee una fuerte carga emotiva debido a que su leit motiv esencial ha perdurado a través de los tiempos: «la venganza», que ha sido y sigue siendo el origen de muchos conflictos a lo largo de la historia de la Humanidad.
El objetivo al abordar este mito es generar en el público un interrogante en torno a la “venganza” y al tiempo transmitir al espectador emociones ajenas a las cotidianas; no se trata de contar la historia de ‘Elektra’ ni de que el espectador se identifique con algún personaje, sino de provocar en el espectador la catarsis que promueva sensaciones que no puede experimentar en ningún otro lugar o evento de la vida cotidiana
El coro es quien marca, durante la práctica totalidad de la obra, el ritmo y el tono emocional. En este sentido los cánticos étnicos y las coreografías adquieren una potencia por encima de los propios personajes. La interpretación coral es santo y seña muy reconocible en el lenguaje de Atalaya.
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