La vida de pasión, dolor y éxito de la artista trianera María Jiménez. Una mujer única e inigualable en la Historia de España. 

María Jiménez falleció el pasado jueves 7 de septiembre a los 73 años de edad en su casa de Triana. La artista sevillana ha deleitado en vida y una vez fallecida, pues su voluntad a título póstumo hizo que tuviese una despedida de su Sevilla sin igual. Eran las 10:00 de la mañana cuando se cerraban las puertas de la capilla ardiente de la cantante sevillana María Jiménez,  el coche fúnebre tirado por caballos recogía el féretro con los restos de la cantante en el Ayuntamiento.

El coche entraba en torno a las 11:30 horas en el barrio de Triana, donde los sevillanos se agolpaban para ver pasar por última vez a María Jiménez, la artista sevillana expresó como una de sus últimas voluntades que quería que su féretro recorriera el barrio donde nació y ha terminado muriendo.

Unos meses antes de morir, la artista trianera expresó antes las cámaras su complicada infancia, su difícil adolescencia y los reveses que la vida le fue dando, mientras construía una carrera profesional inigualable. «Quiero contaros la de golpes que me ha dado la vida y quiero contaros de lo que nunca he hablado», decía la cantante al inicio de la serie documental de laSexta, Mi mundo es otro.

María Jiménez nació el 3 de febrero de 1950 en el barrio de Triana y su infancia fue muy complicada. «Tuve una madre alcohólica que me hizo pasar lo más grande y situaciones que nunca he contado hasta ahora. Mi madre conmigo ha sido un bicho, que Dios me perdone, porque es mi madre y que en paz descanse, pero ha sido muy mala. A mí me odiaba esa mujer. He aguantado lo que otra criatura no hubiesen podido», confesaba en el documental.

Empezó a bailar en los tablaos de Sevilla con 15 años y más tarde se trasladó a Madrid donde comenzó una carrera artística llena de éxitos. Así, se convirtió en una de las artistas más completas y reconocidas a nivel nacional.

Fue Lola Flores, ‘La Faraona’, quien adivinó su estado, María tenía 16 años y su embarazo fue un auténtico escándalo para la época. Nunca llegó a rebelar el nombre del padre de su hija Rocío, tan solo se sabe que era ganadero. «Cuando le dije que estaba embarazada, me dijo que no era de él. Es una persona absurda que ya murió. Me dijo que no era de él y le dije: ‘Me parece muy bien, pero si no es tuyo hoy no lo voy a ser nunca’. «A mí me daba igual ser madre soltera porque yo pasaba de todo el mundo». María Jiménez reconoce que “fue un palo muy gordo, una decepción muy grande, pero como soy fuerte lo superé», recordaba en la entrevista. Eso si, no le importo ser madre soltera, pues ella era una adelantada a la época.

La cantante también probó suerte como actriz, participando en películas como ManuelaPerdóname, amor¡Ja me maten!Yo puta o Los managers, entre otros largometrajes. También apareció en televisión, en series de ficción como Hostal Royal Manzanares o Todos los hombres sois iguales.

María Jiménez se enamoró de Pepe Sancho cuando estaba en la cima de su carrera y más éxito tenía. «Apareció y cambio todo. Fue el mayor error de mi vida, aunque yo no lo sabía», manifestaba con rotundidad ante las cámaras de laSexta. María Jiménez confesaba que lo suyo por Pepe fue un amor a primera vista y que ella misma se encargó de pedirle matrimonio, a lo que él respondió que ‘Sí’.

«No te aconsejo que te cases con él, yo te quiero a ti mucho más que él te quiere a ti. No te cases, María. Te va a hacer una desgraciada'», le dijo Sancho García, compañero de Sancho suyo en la serie Curro Jiménez. Pese a ello, la artista celebró su boda el 1 de junio de 1980 en Triana y después del banquete se produjo un desagradable episodio la misma noche de bodas. María le perdono y así se pasó los sucesivos 22 años.

María Jiménez y Pepe Sancho se casaron hasta en tres ocasiones. Pero su relación se recuerda como uno de los romances más tormentosos de la crónica social de España. Una historia de amor de pasión, desengaños, sufrimiento, problemas con el alcohol y malos tratos. Aun así, de aquella relación le quedó su hijo, en 1983, nació Alejandro, quien permaneció a su lado hasta el fin de sus tiempos. Además, de sus dos nietos y su nuera con la que tenía una relación muy especial.

En 2022, presentó la Fundación María Jiménez en Sevilla, arropada por su hijo, Alejandro Sancho, y su nieto. Un evento que estuvo presidido por el alcalde de Sevilla y presentado por Toñi Moreno. Un espacio de refugio y amparo para las mujeres víctimas de violencia de género, que, además, serviría de trampolín para un nuevo comienzo a través de la formación y asistencia laboral.

Quiso llevar su enfermedad con la mayor discreción posible, pero el cáncer de pulmón se acabó convirtiendo en su compañero de viaje. Sevilla entera se despidió de ella y ella de Sevilla tal y como quería. Polifacética, rebelde y sin pelos en la lengua, así era María Jiménez.

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