Tres han sido los años de espera, mañana los adoquines de Escacena volverán a temblar al paso de la Hermandad, la filial número 98, vecina de nuestra comarca se encuentra a horas de echarse a caminar.

Miércoles de salida en Escacena, despierta el tamborilero a un pueblo dormido, que renace cada primavera y se echa andar tras su carreta morena y su Simpecado dorado. Misa de Romeros a las nueve de la mañana, Luna de los cielos guía a tu pueblo por el sendero, que Escacena comienza su camino acompañada por su ahijada, Melilla, y se despide del pueblo para llegar a las puertas de Doñana dónde vivirá siete días de sueños.

El rezo del Ángelus en Chucena, delante de la Virgen de la Estrella, y cuándo el calor de la primavera apriete el sesteo de Hinojos se hará un oasis en medio del camino. Tarde de cante, de guitarra, de polvo, de salves y de amigos, que abrirá paso a la noche de camino, de arenas y pinos, de rosario y Hermandad, de conversaciones delante de la carreta con la luz tenue de la luna de Mayo asomando entre los pinos. Y cuándo el camino comience a pesar un puente de madera estará esperando. Pues hay un puente de madera que abre las puertas del cielo, y Escacena sueña con el año tras año porque es el final del camino hasta Ella.

Viernes de Presentación, tarde de Simpecado Bendito, un pueblo que lleva a las plantas de las Señora un Simpecado dorado bajo el atardecer de la primavera, regalando amores. Con humildad y devoción está Hermandad se postrará ante las plantas de la Blanca Paloma y su Hijo, implorando con delirio salud para seguir caminando año tras año al Rocío.

Sábado de Hermandad, de unión y familia, sábado de cantes y vivas, sábado de Escacena y del rociero que espera con ansias llenarse con el Espíritu Santo ese Domingo de Pentecostés en el Real del Rocío, allí donde se ven los sueños cumplidos. Y cuando caiga la noche y un Rosario de Hermandades pasen a presentarte sus devociones, el Simpecado dorado irá arropado por sus hermanos que envueltos en el frescor de la marisma viven con nervios el inicio de esa Madrugá Bendita.

Y como dice la sevillana, Como los almonteños Paloma no hay quien te lleve, por ello Escacena sabe esperar, y en la Calle Almonte llena de fervor te contemplará llegar, y en silencio te rezará pidiendo fuerzas y esperanza para caminar muchos años más.  Y en silencio y despacito, tras una noche de Hermandad, Escacena volverá a cruzar ese Puente de Madera, haciendo la cuenta atrás para una nueva primavera, que pronto estará por llegar. ¡Feliz Rocío del Reencuentro!

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