Las ‘Embajadoras del Garbanzo de Escacena’ demuestran el valor de las mujeres en el sector agrícola . El papel de las mujeres en el mundo rural siempre ha estado infravalorado en la sociedad y esto también afecta sin duda alguna, al sector del garbanzo.
Para dar más visibilidad a la población femenina que se involucra en este tipo de trabajos, desde el Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida han decidido impulsar por segundo año consecutivo la acción ‘Embajadoras del Garbanzo’.
Este proyecto tiene el principal propósito de respaldar y en su mayoría a apoyar a todas y cada una de las mujeres relacionadas con la Indicación Geográfica de las provincias de Huelva y Sevilla. Todo ello, actuando como embajadoras de la legumbre al ocupar puestos de relevante responsabilidad en empresas y administraciones.
Además de ello, esta iniciativa se encuentra inmersa en el plan impulsado desde la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía para la promoción en el mercado interior principalmente de productos alimentarios.
Durante estos últimos años, las mujeres han ido adquiriendo protagonismo en las diferentes áreas de la actividad del garbanzo, entre las que se encuentra la investigación, el cultivo o la gastronomía.
En esta edición, la embajadora del Garbanzo de Escacena es Amalia Cardenete Flores. Este reconocimiento ha sido obtenido por su importante labor de difusión sobre los valores diferenciales que identifican al garbanzo etiquetado con el sello de calidad de la IGP ‘Garbanzo de Escacena’.
Mientras que en el apartado de empresa, el protagonismo recae sobre María Rosa Ortega. Se trata de una agricultura que es toda una referente en la comunidad andaluza en la inclusión de las mujeres en tareas de gestión dentro del sector. Sobre todo, hay que señalar su labor realizada en la Cooperativa Campo de Tejada, donde personalmente colabora en el cultivo, producción y comercialización de este producto.
El campo de la investigación también ha estado incluido en este proyecto y en este caso, ha destacado el papel de Inmaculada Izquierdo. Otra de las trabajadoras de la Cooperativa Campo de Tejada que ha afrontado diferentes iniciativas sobre el garbanzo blanco lechoso y la mejora de la agronomía.
En este aspecto, también ha destacado María Ángeles Fernández, una de las responsables Grupo de Investigación Análisis Agroalimentario Salud y Economía Circular de la Universidad de Huelva. Además, se encuentra al frente de varios proyectos enfocados a la investigación y vinculado con la producción que se crea en el territorio de la IGP Garbanzo de Escacena.
En el año 2020 se impulsó por primera vez este proyecto por parte de la IGP Garbanzo de Escacena, abanderando el lema de Garbanzo en Femenino.
Este proyecto cuenta además con una subvención de la Unión Europea que procede a través Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural y tiene también presente la participación del Ministerio de Agricultura y Pesca del Gobierno de España.
En cuanto al garbanzo escacenero en sí estéticamente posee un color blanco amarillento muy claro, tiene forma alargada y achatada por los latos con algunas irregularidades en su superficie. Mientras que por dentro, tiene una piel blanda y fina que se encuentra adherida al grano, se convierte en toda una finura para el paladar y su sabor siempre es agradable.
Con estas características, el garbanzo de Escacena puede emplearse en todo tipo de recetas desde combinarse con chocolate, a ser un ingrediente estrella para la creación de humos o protagonista absoluto en la ensalada de garbanzos.
La zona de producción de los productos que se enmarcan dentro de la Indicación Geográfica Protegida ‘Garbanzo de Escacena se encuentra en la antigua comarca histórica conocida como ‘El Campo de Tejada’.
Este garbanzo se cultiva en parcelas que tengan un suelo d vertisol que suelen ser muy profundos, con alto contenido de arcilla y con algunos problemas de drenaje. Por tanto, poseen una gran capacidad para retener la humedad y ofrecer una alta riqueza en las bases del producto.
Por su parte, la Indicación Geográfica Protegida ‘Garbanzo de Escacena’ se encarga desde el año 2014 de corroborar la calidad superior y el origen del garbanzo blanco lechoso, de categoría Extra que se cultiva en un territorio de campiña entre las provincias de Huelva y Sevilla. Precisamente, gracias a contar con este sello o certificado de calidad, la IGP ‘Garbanzo de Escacena’ trabaja para que las empresas y marcas que comercializan este garbanzo puedan garantizar al consumidor que está comprando uno de los mejores garbanzos del mercado que se pueden encontrar en la actualidad.
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