Los pequeños rocieros de la Hermandad del Rocío de Escacena del Campo suman una anécdota durante la III Romería Infantil, pues vivieron la misma situación que la Hermandad en el camino de 2017.

El pasado 16 de octubre la Hermandad del Rocío de Escacena del Campo realizaba su III Romería Infantil, algo que ya se ha convertido en una tradición cada otoño y que reúne a los pequeños rocieros de la Hermandad para vivir una salida del pueblo al uso, como la que se vive cada miércoles de mañana en primavera antes de emprender el camino. A las 11.00 horas , del pasado domingo, tuvo lugar la Misa de Romeros y tras ello la subida del simpecado infantil a la carreta, que esperaba en la puerta de la Iglesia del Divino Salvador junto a caballos y carriolas.

De esta forma, y cuando se estaba realizando la bajada de la calle Mesón para emprender el camino hacía el Prado de Luna, donde tenía fin la Romería, se partió la lanza de la carreta infantil dejando un crudo silencio entre los pequeños rocieros. El percance no provocó ningún problema, y  los pequeños cargaron el simpecado infantil en sus manos y lo portaron hasta el Prado de Luna, donde finalizaba el «camino» con el rezó de la Salve ante la Virgen de Luna, patrona de Escacena.

Esto resulta curioso, ya que en la Romería del Rocío del 2017, 1 de junio primer día de camino, la Hermandad sufrió el mismo percance en término municipal de Hinojos, la lanza de la carreta se partió y el Simpecado llegó a pulso hasta la pernocta en Cabeza Rasa, ya que la carreta tuvo que ser reparada y llegaría horas más tarde al lugar donde realizaba noche la Hermandad. «Y se partió la carreta y a pulso se lo llevaron, parecía que volaba en brazo de sus hermanos», esta es la letra de una sevillana que rememora aquel momento, un momento que quedó grabado en la memoria y corazón de todos los que acompañaban en aquel camino a la Hermandad.

El Simpecado recorrió dos horas de camino arropado por los hermanos y simpatizantes que se bajaron de carriolas, remolques y caballos para portarlo. La caballería de la Hermanad rodeo al Simpecado y a peregrinos, y una estampa inolvidable recorrió el camino hasta la parada de la noche. La carreta llegaría horas más tarde a la pernocta, la Hermandad cruzaría el puente del Ajolí y entraría en el Rocío, al día siguiente, tal y como salió del pueblo, lo que si es cierto es que aquel contratiempo aún perdura en los corazones de los peregrinos que lo vivieron.

Siguiendo el ejemplo de sus mayores y demostrando como crece la semilla rociera de Escacena, los pequeños portaron el simpecado a pulso, tal y como dice la sevillana que rememora aquel camino de 2017. Casualidades que se convierten en anécdotas, el reflejo del ejemplo, de los pasos que siguen los menores de sus mayores y que ante todo demuestran la importancia de fe y devoción rociera.

Si bien en aquella Romería de 2017 más de un escacenero derramó lágrimas en el camino ante la rotura de la carreta, el pasado domingo casi seis años después, las caras se llenaron de emoción al ver a hijos, nietos o simplemente a los pequeños rocieros de Esacena siguiendo el ejemplo de sus mayores y solucionando los problemas ante las adversidades que pueden verse reflejadas tanto en el camino del Rocío, como en la vida, pero siempre llevando por bandera el nombre de Ella, Rocío.

2 comentarios en «La curiosa anécdota de la III Romería Infantil de Escacena»

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