La Hermandad del Rocío de Escacena del Campo celebraba el II Concurso Gastronómico de Paellas de la provincia de Huelva siendo un éxito por segunda vez consecutiva.

La Hermandad del Rocío de Escacena del Campo, con la colaboración del Ayuntamiento del municipio y la Diputación de Huelva, celebraba a principios de marzo el II Concurso Gastronómico de Paellas de la provincia de Huelva. Una iniciativa que ha demostrado, por segundo año consecutivo, la gran acogida que ha tenido tanto en el municipio, como en la provincia, y el gran apoyo con el que cuenta por parte de participantes, jueces, instituciones y asistentes. Este concurso gastronómico, único en la provincia de Huelva, es un escaparate para la gastronomía onubense y para Huelva en general, ya que acuden participantes de diferentes provincias andaluzas y española.

La paella, uno de los platos más apreciados de la gastronomía nacional, volvió a ser protagonista el pasado domingo, 5 de marzo, en Escacena del Campo. El recinto ferial acogió el II Concurso de Paellas de la provincia de Huelva, un evento a beneficio de la Hermandad del Rocío del municipio. La iniciativa, que tuvo una excelente acogida el pasado año, prácticamente ha duplicado las cifras este año, siendo un total de 15 participantes y más de mil las personas que pasaron por allí a degustar las paellas y colaborar en el evento.

El concurso, que cuenta con unas rigurosas bases, se vive al 100% durante la mañana del evento en el recinto ferial, pues toda la elaboración de la paella se realiza en el lugar del concurso, a excepción del “fumé”, que se acepta como ingrediente. En concreto este año, la paella debía ser de marisco o mixta, a gusto de cada participante, añadiendo los ingredientes que se estimasen oportunos. Además, se aceptaban un máximo de dos personas por stand: el cocinero/a -que será el/la participante inscrito en el concurso-, y el/la ayudante que el primero estime oportuno.

Asimismo, y siguiendo el reglamento de todo concurso, las paellas fueron valoradas por un jurado experto integrado por tres jueces, que premiaron la “paella más sabrosa”, valorando en su decisión criterios como la elaboración, el sabor y la presentación. Estos jueces expertos en gastronomía colaboran desinteresadamente con la Hermandad y el municipio.

Se establecen tres premios: 1º Premio de 300 euros y trofeo, 2º Premio de 200 euros y trofeo, y 3º Premio 100 euros y trofeo. Más de 1.000 personas asistieron al evento, por lo que a Hermandad se ha preparado logísticamente. Asimismo, y en base a la puntuación del jurado, el primer premio fue para Pedro Florido y su pinche Tomás Cortés. El segundo premio fue para Manuel Saavedra Pérez y su pinche Rocío del Mar Carmona Castizo. Por último, el tercer premio fue para José Antonio Monge Vidal y su pinche.

La paella, como plato, tiene su propia historia, con un gran vínculo al empleo del arroz en el área del Mediterráneo. El arroz, procedente de Asia,se instaló en Europa en el año 330 a.C., cuando se abrieron las primeras vías de comunicación y rutas comerciales. No obstante, el arroz no fue cultivado en España en grandes cantidades hasta la llegada de los árabes.

No fue hasta 1324 que no aparece la primera referencia a un guisado con arroz en el Llibre de Sent Soví, una receta de arroz y leche de almendras. La capacidad del arroz de «retener aromas» hiciera, quizás por estas épocas iniciales, que se elaborasen recetas con menudillos cocidos en un caldo. Ya en el siglo XVI se tiene noticia del cultivo de arroz en Valencia por Francisco de Paula Martí que escribe un pequeño tratado en el que muestra ya como era famoso el plato de paella “con cualquier cosa que lo guisen sea de carne, de pescado o con legumbres solas”.

La primera cita documentada de la paella aparece en un manuscrito de recetas del siglo XVIII, donde ya se distinguen aspectos específicos de su elaboración, como por ejemplo, lo seco que debe quedar, y se distingue entre el «arroz a la catalana» o «a la valenciana». La popularidad del plato es muy elevada en el territorio español ya a finales del siglo XVIII, la receta se hace popular en Bélgica donde se denomina Riz a la Valenciennes y este plato se haría posteriormente popular en Bruselas.

La paellización de la gastronomía valenciana ocurre en un instante entre el siglo XVIII y XIX debido al incremento espectacular de la producción de la graminea y será a partir de la creación de las provincias (mediados del XIX) que en Alicante da un salto cualitativo.

En el siglo XX, el boom turístico en España de la década de los 60 hace que los turistas de otros países llegados para disfrutar del sol en sus vacaciones, prueben el plato y generen una demanda que se extienda por todo el país, incluso por las zonas no costeras como es el caso de Madrid. Y así poco a poco, la receta culinaria se fue expandiendo a lo largo del mundo entero.

Organizado por la Hermandad del Rocío de Escacena del Campo, el concurso Provincial de Paellas cuenta con el apoyo de la Diputación de Huelva, el Ayuntamiento de Escacena y de los diferentes colaboradores que patrocinan el evento. Empresas como Brillante y Cruzcampo han donado el arroz y la cerveza, respectivamente, para el evento. Habrá que esperar al próximo marzo para degustar las paellas de este concurso.

 

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