En su noche grande, la Virgen del Valle Coronada, Patrona de La Palma, presidió el pórtico de la Parroquia del municipio y el corazón del pueblo que la aclama.

La Virgen del Valle vivió por segundo año consecutivo un 15 de agosto diferente, pero no menos especial, pues el pueblo de La Palma arropo a su Patrona en una madrugada mágica, en la que la Virgen del Valle presidió el pórtico de la Parroquia. Un Rosario de fervor y una misa rogativa le dedicó el pueblo de La Palma a su Patrona en la noche que debía recorrer la calles del municipio.

La Hermandad tenía planeado un 15 de agosto diferente, dada la tregua que estaba dando la Pandemia, pero un repunte de última hora hizo trastocar los planes de la Hermandad aconsejados por autoridades eclesiásticas y civiles. Es por ello, que desde la Hermandad se tomo la decisión de realizar el Rosario, y tras ello la Misa, en la Plaza y al aire libre, con un número restringido de sillas y cumpliendo las medidas sanitarias y distancia de seguridad.

Una noche mágica, que hizo mella en los anales de la Historia de está Hermandad y de la devoción hacía Nuestra Señora del Valle, que data probablemente  en la repoblación castellana de la baja Andalucía. La referencia documental más antigua data de 1.545, fecha en que se testan últimas voluntades como mandas pías o limosnas para el mantenimiento del culto a la Virgen, imagen presumiblemente de caracteres góticos con la inscripción «Salus Infirmorum»; venerada en la ya documentada Iglesia del Valle, según explican en la Historia de la Hermandad.

De igual manera, explican que «el brote de la peste bubónica, en 1650, hizo que se elevara el Voto del 15 de agosto, a la Virgen en momentos de fuertes brotes: en 1.738 y 1.744; el cólera asiático en 1.833-1.834, que alcanzó cotas muy crueles, información perfectamente recogida en documentación depositada en el Archivo Municipal; igual ocurre con la de 1.854­-1.855, que actuó de forma más intensa, provocando incluso el vacío municipal y jurídico, y el éxodo al campo de numerosa población».

Es por ello, que «el 15 de Agosto de 1.855, se confirma la promulgación del Primer Voto, acordado por el Cabildo Civil de la villa y el Cabildo Eclesiástico, de Salida a la Santísima Virgen, a la que el pueblo imploró como Divina Protectora, después de realizar la erradicación milagrosa de la enfermedad a su paso», afirman en la Historia.

Foto: José María Pichardo.

 

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