Todas las líneas de actuación previstas por la Junta para Doñana están en marcha, con más de 409 millones de euros, el 56,2% del compromiso inicial.
La consejera de Sostenibilidad y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Catalina García, ha subrayado que Doñana es «símbolo de unión institucional y ejemplo de pacto de Estado por la conservación y protección de la naturaleza», en alusión directa al acuerdo suscrito entre la Junta de Andalucía y el Gobierno de España, en el que ya se han movilizado más de 831 millones de euros en actuaciones, y «todas las líneas de actuación previstas por la Junta están en marcha, con más de 409 millones de euros, el 56,2% del compromiso inicial».
Así se ha manifestado la consejera durante su participación este lunes en el coloquio ‘El legado de Doñana’, organizado por el Ayuntamiento de Almonte, con la colaboración de Azahara de Comunicaciones. En el debate, la consejera ha compartido impresiones con el presidente del Consejo de Participación del Espacio Natural de Doñana, Enrique Mateos, y con el catedrático de la Universidad de Huelva, Francisco José Martínez, sobre el pasado, presente y futuro de este «enclave único en Europa», según ha indicado la Junta en una nota.
Durante su intervención, ha señalado que el Acuerdo por Doñana ha movilizado más de 831 millones de euros en actuaciones, lo que supone un incremento de 102,4 millones respecto a los 728,8 millones inicialmente previstos. «Este refuerzo presupuestario responde, por un lado, a la incorporación de nuevas actuaciones –como los más de 46,5 millones destinados a infraestructuras hidráulicas y más de 14,3 millones al Espacio Natural de Doñana– y, por otro, a la adaptación de las inversiones a la evolución de los precios», ha indicado.
Además, ha remarcado que todas las líneas de actuación previstas por la Junta «están en marcha», y «presentan un elevado grado de ejecución, ya que, en apenas 15 meses desde la firma del Acuerdo, ya se han ejecutado más de 409 millones de euros, lo que representa el 56,2% del compromiso inicial asumido por el Gobierno andaluz». Asimismo, la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente trabaja ya en la elaboración de las bases reguladoras de las ayudas complementarias para los beneficiarios de los incentivos a la renaturalización en los municipios del Plan Especial de la provincia de Huelva.
En ese sentido, la consejera ha explicado que ese «consenso del Acuerdo por Doñana» ha permitido «impulsar un marco de actuaciones comunes que, más allá de las siglas y los calendarios políticos, responde a la necesidad de proteger un ecosistema valioso y frágil, y hacerlo desde la corresponsabilidad y el compromiso mutuo».
Así, entre los avances «más significativos» de este Acuerdo por Doñana, la consejera ha reseñado la adquisición por parte de la Junta de Andalucía de las fincas Veta la Palma y Tierras Bajas, más de 8.700 hectáreas. García ha incidido en que estas fincas aportan «un valor estratégico para la conservación, especialmente en años secos, al garantizar una superficie inundada estable que permite mantener la biodiversidad, en especial las poblaciones de aves acuáticas». «Las marismas de Veta la Palma han demostrado ser un reservorio clave, y ahora, bajo gestión pública, van a permitirnos reforzar los objetivos ecológicos del Parque», ha aseverado la consejera.
El coloquio ha contado con la asistencia de representantes institucionales y técnicos vinculados a la gestión del espacio protegido. Han estado presentes el director general de Espacios Naturales Protegidos, José Enrique Borrallo; el comisionado para el Acuerdo por Doñana, Jaime Mora; el delegado de Sostenibilidad y Medio Ambiente en Huelva, Pedro Yórquez; y el alcalde de Almonte, Francisco Bella, entre otras autoridades.
Durante su intervención, Catalina García ha remarcado el papel de Doñana como uno de los espacios naturales «más importantes de Europa, tanto por su diversidad de ecosistemas como por su papel en las rutas migratorias de miles de aves». Además, ha puesto también en valor la diversidad biológica que acoge este enclave, con especies emblemáticas como el lince ibérico, el águila imperial o el milano real, cuya conservación ha sido posible gracias a planes sostenidos y rigurosos.