La Virgen ha regresado ataviada con el traje «del tío Carlos» realizada a finales de los años ochenta por los hermanos Benítez y destaca por su riqueza y belleza artesanal.
Este fin de semana, la Virgen ha vuelto a su camarín después de la celebración de la Candelaria, que tuvo lugar la pasada semana. En su retorno, la imagen ha sido ataviada con un conjunto de gran significado y devoción.
La Virgen viste el traje popularmente conocido como «del tío Carlos», en honor a su donante. Esta pieza fue realizada a finales de los años ochenta por los hermanos Benítez y destaca por su riqueza y belleza artesanal. Como complemento, luce el cetro de las azucenas, una obra confeccionada y donada por Orfebrería Sanlúcar. Además, porta una toca ofrecida por la familia Cáceres Domínguez.
El manto que cubre a la Virgen fue confeccionado en 2006 por las hermanas Ramas, destacando por su delicadeza y esmero en los detalles. A su lado, el Pastorcito acompaña la vestimenta con un traje a juego, sosteniendo un cetro y un orbe en plata.
El regreso de la Virgen a su camarín marca un momento de especial emoción para los devotos, quienes han podido contemplarla en su esplendor durante esta semana en el Altar Mayor y durante la celebración de la Candelaria.
