Las aplicaciones Whatsapp, Instagram y Facebook, propiedades de la multinacional Meta, han sufrido una caída a nivel mundial en la tarde del miércoles.

Whatsapp registaba las primeras incidencias minutos antes de las 19.00 horas. Entre las quejas que se han trasladado principalmente, según el portal ‘Downdetector’, está la imposibilidad de enviar mensajes a contactos, si bien la caída parece no haber afectado de la misma manera a todos los usuarios. Asimismo,  tanto Facebook como Instagram también se registraban caídas en su servicio y en el acceso a las propias aplicaciones.

«Estamos al tanto de algunos problemas para acceder a WhatsApp. Estamos trabajando activamente para encontrar una solución y empezando a ver que la mayoría de las personas vuelven a la normalidad», han asegurado desde la aplicación en un mensaje en la red social X.

Todo esto nos hacía llegar a la conclusión de la dependencia que tenemos de las redes sociales. La dependencia que muchas personas sienten hacia las redes sociales se ve reflejada cada vez que se vive un momento como el de este miércoles. Las redes sociales están diseñadas para captar nuestra atención y generar respuestas emocionales. Los «likes», comentarios y notificaciones generan un efecto de recompensa en nuestro cerebro, activando el sistema de dopamina. Esto puede llevar a la adicción o a la necesidad constante de revisar las redes para sentirse conectados o validados.

La misma dependencia se puede observar en cómo las personas priorizan las redes sociales por encima de otras actividades: interrumpen conversaciones, pierden tiempo valioso o incluso alteran su rutina diaria. Asimismo, esto también puede afectar la productividad y la calidad del tiempo personal o familiar.

Por otro lado, las redes sociales también moldean cómo las personas perciben la realidad, ya que se filtran las experiencias a través de lo que los demás comparten. Esto puede llevar a comparaciones constantes, baja autoestima, o incluso a la propagación de información errónea.

Aunque las redes sociales conectan a las personas, también pueden aumentar el sentimiento de soledad o aislamiento si el tiempo en línea reemplaza interacciones reales. La dependencia a menudo surge del miedo a quedarse fuera o del «FOMO» (Fear of Missing Out).

Las redes sociales nos conectan, pero nos alejan de las personas físicas que tenemos cerca.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *