Orden y devoción. El consistorio destaca la labor de la Policía Local, Guardia Civil, Policía Autonómica y Protección Civil.

El último fin de semana de enero son muchos lo que deciden pasarlo en El Rocío. El Ayuntamiento de Almonte desplegó para esta cita un dispositivo especial con el objetivo de velar por la seguridad, respetar las peregrinaciones de las hermandades rocieras que allí se concentran y asegurar la conservación de las tradiciones.

Asimismo, según el informe estadístico de la Policía Local, se impusieron más de una treintena de denuncias relacionadas con ruidos. En el empeño por preservar la cultura y medio ambiente, el consistorio restringía en la aldea el uso de cualquier elemento reproductor de ruido y/o difusión de voz. Haciendo hincapié también en los bailes y cantes que no fuesen de carácter tradicional.

La administración municipal ya endureció hace un año la ordenanza que regula la convivencia ciudadana, poniendo coto a la proliferación de las casas-discotecas en El Rocío. Las sanciones oscilan entre 100 y 600 euros, las leves; 601 a 15.000 euros las graves, y de 1.501 a 30.000 euros, las muy graves.

El balance de la Policía Local revela que más de 240 sanciones fueron relacionadas con la circulación. La seguridad vial y las restricciones de tránsito de vehículos, especialmente en los alrededores del Santuario del Rocío, fueron claramente comunicadas a través del bando. En toda la aldea, se implementaron bolsas de aparcamiento para facilitar el estacionamiento. La grúa retiró más de 40 vehículos, y se registraron 15 incidencias, con solo dos siniestros viales reportados.

El Ayuntamiento de Almonte valora la colaboración de los ciudadanos y visitantes para mantener la esencia de estas tradiciones, promoviendo un ambiente de respeto y seguridad. También ha destacado la labor de la Policía Local, Guardia Civil, Policía Autonómica y Protección Civil, en el compromiso conjunto por asegurar que la aldea almonteña siga siendo un punto de encuentro para la devoción rociera y la celebración de sus arraigadas costumbres.

 

 

 

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