La Feria se inaugura esta noche a las 23:00 horas con el encendido del alumbrado, estará dedicada este año a los lazos históricos que unen a este pueblo onubense con Filipinas.

La Feria de San Pedro de Almonte, que se inaugura este miércoles a las 23:00 horas con el encendido del alumbrado, estará dedicada este año a los lazos históricos que unen a este pueblo onubense con Filipinas. Un homenaje a almonteños valientes, aventureros y sabios que, desde siglos atrás, llevaron el nombre de su pueblo a tierras lejanas del Pacífico.

Entre ellos, destaca la figura del soldado almonteño José Jiménez Berro, uno de los conocidos como Últimos de Filipinas, que resistieron durante 337 días el asedio en la iglesia de Baler en una de las gestas más célebres del ejército español. Con apenas 21 años, fue uno de los mejores tiradores del grupo, su temple y liderazgo lo convirtieron en un referente dentro del destacamento. Reconocido con la Cruz de Plata del Mérito Militar, volvió a Almonte, donde vivió con sencillez. En su memoria, el Ayuntamiento rotuló una calle con el nombre de Baler.

También dejó huella en el archipiélago filipino el científico Enrique d’Almonte y Muriel, cartógrafo y geógrafo que desarrolló un importante trabajo en la segunda mitad del siglo XIX. Sus mapas de Luzón, Manila o Samar sirvieron al Ejército de Operaciones y a la Real Sociedad Geográfica Española, que lo reconoció como socio por sus valiosos aportes. Su vida terminó trágicamente en el naufragio del vapor Carlos de Eizaguirre, cuando regresaba de una misión oficial.

A este legado se suman otros nombres almonteños como el de Pedro de Almonte y Verástegui, destacado militar del siglo XVII al servicio de la Corona en Filipinas y las Molucas. Con una dilatada carrera en batallas navales, misiones diplomáticas y defensa de enclaves estratégicos, fue nombrado Almirante y Castellano de Manila, recibiendo el hábito de Santiago por méritos de guerra.

Y también el de Ángel Trujillo Pérez, quien en 1860 partió hacia Filipinas como joven cabo voluntario. Tras años de servicio, llegaría a formar parte del cuerpo de alabarderos del rey Alfonso XII, dejando testimonio de su paso por aquella campaña en una emotiva carta a su madre conservada hasta hoy.

Historias como estas inspiran la dedicatoria de esta Feria de San Pedro 2025 a Filipinas, reivindicando un pasado compartido, además del coraje, el saber y la vocación de servicio que algunos hijos de Almonte llevaron a tierras lejanas. Poniendo así en valor el consistorio parte de su identidad colectiva.

El Chaparral se convierte, un año más, en el encuentro festivo de Almonte. Una feria que se alargará hasta el próximo lunes, donde además de un programa cargado de actividades y música, también será una ocasión para celebrar la historia del municipio.

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