Una estación de penitencia diferente para la última Hermandad que procesionaba en Escacena del Campo.

En un Cabildo extraordinario celebrado en Escacena del Campo, la Junta de Gobierno de la Hermandad del Santo Entierro tomaba la decisión unánime de no realizar la estación de penitencia externa debido a las incertidumbres meteorológicas que prevalecen en la región.

Ante esta situación, se determinaba llevar cabo la estación de penitencia de forma interna, en la Parroquia Divino Salvador de Escacena del Campo. En lugar de la tradicional procesión, se rezó el piadoso ejercicio del Vía Crucis, seguido de una meditación sobre la Soledad de María.

Esta decisión, tomada con el objetivo de salvaguardar la seguridad de los fieles y devotos, representa un gesto de responsabilidad por parte de la Junta de Gobierno, quienes priorizan el bienestar de la comunidad en estos tiempos de incertidumbre climática.

Viernes Santo esperado por el pueblo de Escacena

Data de finales del siglo XVI la Muy Antigua, Ilustre y Fervorosa Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Sagrado Descendimiento de Nuestro Señor, Santo Entierro de Cristo y Soledad de María Santísima en el pueblo de Escacena.

En un solo paso se representa la piedad de María con su Hijo en los brazos tras ser bajado de la cruz por los apóstoles aquel Viernes Santo en el Calvario.  Por ello Escacena, venera cada Viernes Santo a una Madre que en su Soledad vela a un Hijo muerto, el cual no sabe que pronto resucitará.

El luto se hace presente en el pueblo de Escacena, el Señor ha muerto y su Madre llora, túnicas negras y antifaces negros portan los penitentes que acompañan en este tránsito al Señor del Santo Entierro.

A las ocho de la tarde, en una primavera que pronto volverá a florecer porque el Señor resucitará para llevar a la Gloria a la Humanidad, la Cruz de Guía de esta Hermandad saldrá por la puerta del Templo, bajando lentamente y en silencio por la calle Mesón.

A la voz de Manuel Fadrique Salazar los costaleros del Santo Entierro recorrerán bajo sus trabajaderas las calles del pueblo que siguiendo el itinerario tradicional volverán por calle Virgen de Luna tras haber derramado gracia al pueblo de Escacena.

Y a eso de las doce, cuando la luna de la primavera alumbre una puerta de la Parroquia oscura, el pueblo comenzará a celebrar la Resurrección de un Señor que pronto bajará de los cielos para demostrar como hace años que no se debe de buscar entre los muertos al que está vivo.

Un pueblo lleno de amor y fe, de sentimiento cofrade y tradición, en el que costaleros, devotos y hermanos miran por sus tradiciones y patrimonio, en la que capataces y contraguías llenan las calles de vida cada primavera para mostrar el calvario, muerte y resurrección del Señor y el dolor de una Madre que independientemente de la advocación llena de fe mariana los corazones de oriundos.

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