La Hermandad de Nazarenos culmina la Semana Santa bonariega

La Hermandad de Nazarenos de Bonares ha podido realizar con éxito su estación de penitencia correspondiente al Viernes Santo, después de una larga y ansiada espera. 

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El  luto también ha sido protagonista en Bonares con la realización de la estación de penitencia de la Hermandad de Nazarenos correspondiente al Viernes Santo. Como cada año, la salida tuvo lugar desde de la Parroquia Ntra. Sra. de la Asunción de la localidad que sobre las 19.00 horas abría sus puertas.

La Cruz de Guía,  marcaba el camino y justo detrás, salía el Cristo Yacente que llevó a cabo su correspondiente recorrido en completo silencio, una imagen que pertenece a la Escuela de Olot (1960). Pocos minutos después de su salida, tuvo lugar la de la Virgen de los Dolores. Una imagen que ha sido restaurada recientemente por Pedro Enrique Manzano, gracias a los donativos ofrecidos por el pueblo, los hermanos y las diferentes entidades del consistorio bonariego.

Una tarde soleada y brillante hizo posible un trayecto repleto de nazarenos vestidos con túnicas blancas y capas y antifaces morados transcurriera de manera satisfactoria y tal y como estaba previsto. También fueron protagonistas durante esta estación de penitencia todas las entidades locales y numerosos hermanos, vecinos, fieles y devotos que estuvieron presentes durante el desarrollo de la misma.

Los pasos bajo las ordenes del capataz Juan Pérez Martín y los contraguías Natalio Vega Moro y Alejandro García Ruiz marcaron la ruta en este Viernes Santo. Además, la Virgen de los Dolores estaba seguida por el compás marcado por la Asociación Cultural Banda de Música de Bonares.

Así, con la llegada de la noche, sobre las 22.00 horas, los titulares regresaban de vuelta a su Parroquia para poner el broche de oro a una estación de penitencia inolvidable en el Viernes Santo para Bonares. Ahora, queda esperar para que en el próximo año esta Hermandad pueda volver a vivir con la misma ilusión y emoción que siempre una nueva Semana Santa en la que tiene especial protagonismo el Domingo de Ramos y el Viernes Santo.