La Virgen será retirada del culto este lunes, la restauración se pronostica que dure de dos a tres meses. Almonteños y devotos se despedían este fin de semana.

Ayer 30 de septiembre se celebraba la tradicional sabatina de cada mes en el Santuario del Rocío, en ella almonteños y devotos aprovechaban para despedirse de la Virgen del Rocío, que mañana lunes 2 de octubre será retirada del culto público para dar comienzo a la tarea de restauración aprobada el pasado domingo en un cabildo extraordinario en la Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción, donde la Hermandad Matriz convocaba a sus hermanos para explicar la situación de la imagen.

Asimismo, ha sido un fin de semana lleno de sentimientos encontrados, tal y como expresaba el propio presidente de la Hermandad Matriz, Santiago Padilla, «la congoja de no verla en tres meses se hace hoy latente, pero todos sabemos que es por su bien y ella nos cuidará». Además, explicó que el Simpecado de la Matriz presidirá el Altar Mayor y que se mantendrán los cultos y calendario de peregrinaciones extraordinarias. «La Virgen no se va, estará aquí, por ello podremos seguir sintiéndola cerca», afirmó Padilla.

Una imagen histórica cuya restauración no es tarea fácil y que la Junta de Gobierno ha abordado con una gran determinación. Las propias hermanas camaristas advirtieron sobre su preocupación debido al deterioro de la misma en el cabildo. El pueblo de Almonte no dudó en ponerse manos a la obra siguiendo el objetivo de Padilla de cuidar el rico patrimonio de la Matriz.

A sus 73 años, Fuensanta de la Paz será la encargada de realizar las tareas de conservación a la patrona de Almonte. La Matriz ha confiado esta importante tarea a quien ha cuidado en silencio a la Virgen del Rocío ya durante mucho tiempo, pues la vinculación de la restauradora con la patrona de Almonte no se inicia con la reciente designación para su restauración, sino que viene de años atrás, pues ha sido la experta de cabecera a la que ha acudido la Hermandad Matriz para cualquier consulta o supervisión sobre el estado de la sagrada imagen.

La emoción y la nostalgia han embriagado este fin de semana a muchas personas, que viven a la espera de que el tiempo pase rápido y la Virgen vuelva a su camarín.

 

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