La cita, nacida en 1993, reúne cada septiembre a vecinos y familias para caminar juntos desde el pueblo hasta El Rocío, llevando flores a la Virgen y alimentos para los más necesitados.
La devoción del pueblo de Almonte ha vuelto a expresarse este fin de semana con la Ofrenda Floral a la Virgen del Rocío, una tradición que, desde 1993, marca el inicio de las peregrinaciones extraordinarias de las hermandades al Santuario.
El acto tuvo lugar este domingo a partir de las 7:00 de la mañana, con salida desde El Chaparral. Vecinos y familias caminaron juntos hasta la aldea del Rocío en una cita que combina fe, amor, devoción y generosidad, gracias a la aportación de flores, alimentos y material escolar destinados a los más necesitados.
Más allá de su carácter religioso, la Ofrenda Floral destaca por la intimidad y cercanía con la que el pueblo de Almonte vive esta cita, que año tras año se consolida como un homenaje sencillo y fraternal a su patrona.
Con el paso del tiempo, la peregrinación ha ido sumando símbolos que refuerzan su identidad, como el guion bendecido en 1997 o el monumento conmemorativo situado a la entrada de la aldea, que recuerda la meta de este camino. Todo ello ha sido posible gracias al esfuerzo constante de sus organizadores, cuyo compromiso ha mantenido viva una tradición que hoy es referente y antesala de las peregrinaciones extraordinarias.
Esta tradición de la Ofrenda Floral es un gesto tan hermoso y sincero. Me encanta cómo la gente de Almonte se reúne con tanto cariño para honrar a su patrona, y que además lo hagan pensando en los más necesitados. Es un recordatorio perfecto del poder de la devoción y la unión comunitaria.