La Constitución fue aprobada mediante referéndum el 6 de diciembre de 1978, recibiendo el respaldo del 87,8% de los votantes.

Este 6 de diciembre de 2024, España conmemora el 46º aniversario de la Constitución Española, promulgada el 6 de diciembre de 1978. Esta norma fundamental del ordenamiento jurídico marcó el inicio de una nueva etapa democrática tras la dictadura de Francisco Franco, estableciendo los principios y valores esenciales que rigen la convivencia en el país.

La Constitución fue aprobada mediante referéndum el 6 de diciembre de 1978, recibiendo el respaldo del 87,8% de los votantes. Este consenso representó un acuerdo histórico entre diferentes fuerzas políticas, sociales y territoriales, sellando el fin del período de Transición tras la muerte de Francisco Franco en 1975.

La Constitución de 1978 define a España como un Estado social, democrático y de derecho, garantizando los valores de libertad, justicia, igualdad y pluralismo político. Su sistema de gobierno se basa en la soberanía popular, donde el poder emana del pueblo, y establece una monarquía parlamentaria, en la que el Rey desempeña un papel simbólico, mientras que el poder real recae en los representantes democráticamente elegidos.

La Constitución consta de un preámbulo y 169 artículos distribuidos en 11 títulos, además de varias disposiciones adicionales, transitorias, derogatorias y finales. Por primera vez en la historia reciente de España, se reconocieron de manera plena y vinculante los derechos fundamentales de los ciudadanos.

Uno de los aspectos más destacados de la Constitución de 1978 fue la resolución de las tensiones históricas sobre el modelo territorial del país. Reconoció la autonomía de las comunidades y nacionalidades históricas, permitiendo la creación de estatutos de autonomía que garantizaron una organización territorial descentralizada y respetuosa de la diversidad cultural y política de España.

La Constitución Española no solo representa la cúspide del ordenamiento jurídico del país, sino también un símbolo de consenso, unidad y democracia. Su aprobación marcó el inicio de una nueva era en la que la soberanía popular y los derechos fundamentales se situaron en el centro de la vida política y social de España.

 

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