Empiezan los días grandes en honor a San Antonio Abad en Trigueros

Los cochinos del Santo ya pasean por las calles de Trigueros al son del tamborilero, tradicionales fiestas del municipio onubense.

• Trigueros celebra sus fiestas patronales en honor a San Antonio Abad tras dos años sin procesión

Los cochinos del Santo pasean desde el día 6 de enero por las calles de Trigueros, bajo los sones de la flauta y el tamboril. Con ellos se inician los rituales festivos que a lo largo del mes de enero vivirán los triguereños con emoción y entusiasmo, preludio de las fiestas en honor a San Antonio Abad.

Este es uno de los ítems más llamativos de Trigueros, así se muestra la localidad onubense en su más pura esencia, identidad y raíces. Los cochinos son preludio de los días grandes de fiesta, que destacan por la tradicional procesión y las tiradas al Santo.

Uno de los datos más llamativos en las fiestas de Trigueros son las tradicionales tiradas al Santo. Estas tiradas se realizan durante la procesión del mimo, que ha llegado a durar más de 40 horas. En concreto, ya se registraban más de 30 tiradas al paso de San Antonio Abad por las calles de Trigueros, según detallaba el Ayuntamiento.

Tras la alegre diana al amanecer, el próximo 28 de enero gentío se reúne en el entorno más próximo a la iglesia para contemplar la tradicional “bendición de animales” en la que el Santo, en la misma puerta de la parroquia, presencia cómo el párroco va derramando el agua bendita sobre todas las mascotas que acuden fiel a su cita con el Patrón.  Sobre las 10:30 h. tendrá lugar el “Canto de Tercia”, antesala de la Solemne Procesión, que se realiza por el recorrido habitual de cada año.

Asimismo, habrá que esperar al momento conocido como “la entrega al pueblo”, que sucede tras finalizar la misa, en el que el alcalde de Trigueros entregará a San Antonio Abad a la multitud presente para dar comienzo a la procesión en la que la imagen visitará todas las casas del pueblo. Durante el recorrido, el vecindario realizará las generosas “tiradas” en las que se lanzan, desde ventanas y balcones, todo tipo de alimentos, que son recogidos por las personas que siguen la procesión.

Especialmente emotiva es la visita del Santo al cementerio, en la madrugada del domingo al lunes. El jolgorio y la algarabía que acompaña a la imagen dan paso a un respetuoso silencio, roto tan solo por el sonido de las campanillas del paso de plata que porta al Patrón.

Este recorrido por la localidad, en el que el Santo llega a estar más de 30 horas seguidas en la “calle”, recoge otros momentos muy significativos, como pueden ser los espectáculos pirotécnicos en Triana, El Cabecillo, la Capilla del Rocío o el final de la calle San Juan y el final de la calle Jorge González, las tiradas en el Ayuntamiento, el disparo de cohetería y quema de tracas en la tarde del lunes o el tradicional regalo de cuatro hermosos cerdos en la puerta del Ayuntamiento.