Un anciano recoge firmas para pedir que se le trate de manera directa en los bancos, y que internet no sea un impedimento para su generación, a la que considera la gran olvidada en esta nueva era digital. Bajo el lema «soy mayor, pero no idiota» un valenciano reivindica la situación de las generaciones mayores.
“Soy mayor, pero no idiota”, con este lema Carlos San Juan de Laorden ha reivindicado la necesidad de atender a los mayores de manera directa en los bancos, pues la brecha digital se hace presente en el día a día para nuestros mayores. El anciano, natural de Valencia, ha recogido más de 350.000 firmas a través de una plataforma digital, y ha conseguido poner en auge una necesidad en la que se ven reflejadas muchas personas y para la que pretende obtener una solución.
Su éxito en la recogida de firmas revela alguna falla de fondo y demasiado invisible, pues la brecha digital debería dejar de ser un tópico para convertirse en el signo de la nueva sociedad digital, no adaptada para todas las generaciones. “Tengo casi 80 años y me entristece mucho ver que los bancos se han olvidado de las personas mayores como yo. Ahora casi todo es por internet”, ha añadido San Juan.
Asimismo, decenas de miles de personas se han sentido reflejadas en el “soy mayor, pero no idiota” del valenciano y probablemente son solo una parte del total que hacen cola fuera de las sucursales bancarias todavía abiertas, a la espera de ser atendidas en franjas horarias reducidas o pidiendo ayuda a desconocidos para pagar un recibo a través del cajero.
De la misma manera y al hilo de la situación, se comprueba mediante el último informe de Cáritas y la Fundación Foessa indica que la brecha digital no afecta solo a los bancos, sino que se ha convertido en un nuevo factor de exclusión social; una especie de analfabetismo del siglo XXI que la pandemia de la covid-19 y el proceso acelerado de digitalización han intensificado en casi todos los ámbitos de la vida cotidiana.