Huelva se tiñe de morado este 25N a la voz de ¡Basta ya! . Asociaciones, representantes políticas y el Gobierno se han unido en este día.
En un emotivo y decidido gesto, la ciudad de Huelva ha vuelto a desplegar la bandera morada en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, con el movimiento feminista liderando una marcha multitudinaria para exigir el fin de las diversas formas de violencia machista.
Bajo el lema «Venimos por las que ya no pueden contarlo», María Gómez, una de las activistas, expresó el dolor y la urgencia de recordar a las 1.237 mujeres que perdieron la vida a manos de parejas y exparejas. La manifestación también puso especial énfasis en las «violencias vicarias», refiriéndose a las cientos de víctimas indirectas que el machismo deja a su paso, afectando tanto física como psicológicamente a las mujeres.
La marcha contó con la participación activa de diversos colectivos de la sociedad civil, representantes políticos de Huelva, movimientos asociativos y sindicales de la provincia, así como la presencia del Gobierno de España. En un raro consenso, todos los participantes destacaron la importancia crucial de este 25 de noviembre para avanzar en derechos y libertades, y poner fin a la lacra de los feminicidios.
Comenzado en la avenida Andalucía, en las inmediaciones de la rotonda de los Bomberos, ha recorrido las calles de Huelva durante una hora aproximadamente al grito de ¡Basta ya!, las calles de Huelva se han llenado de pancartas, consignas y rostros decididos a combatir la violencia de género. Los discursos han redundado con llamados a la igualdad, al respeto y a la erradicación de cualquier forma de maltrato hacia las mujeres.
El Gobierno local, en sintonía con el sentir ciudadano, se comprometió a fortalecer las políticas y medidas para prevenir la violencia de género y proteger a las víctimas. La unión de fuerzas entre la sociedad civil y las instituciones apunta hacia un compromiso firme en la construcción de una sociedad más justa e igualitaria.
En este 25N, Huelva no solo se tiñó de morado en solidaridad con las víctimas, sino que también se convirtió en un espacio de resistencia y esperanza, donde la lucha contra la violencia de género se erige como una tarea colectiva y urgente.
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